jueves, 26 de abril de 2012

Centro


Me encuentro en el centro, cuando busco en el silencio. Mi atención fluye sin parar por el gran río de la libertad hasta desembocar en el gran cosmos de la totalidad del SER. El sólido mundo se disuelve y los límites dejan de existir, todo se convierte en una bella ilusión que la voluntad del corazón proyecta en completa libertad, dejando a un lado conceptos y definiciones racionales. El gran silencio es un regalo si se sabe explorar con la humildad suficiente para mirarle, se contempla y se experimenta con el bello arte del no hacer. Esta sutil calma, aunque escurridiza parece si se intenta e integra en las sacudidas de la vida diaria adquiere la fuerza necesaria para gobernar de nuevo el lugar que tiene en nuestro interior. Se convierte en el paraíso impenetrable donde somos dueños plenos del propósito de nuestro corazón.

El gran espíritu danza a mi alrededor, fuerza sutil y constante que conecta la tierra con el cosmos, el cosmos con la tierra.

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